Deformidad cervicotorácica en 2025: 10 decisiones clave con tiempos reales de recuperación

La deformidad cervicotorácica es una alteración de la alineación entre el cuello y la parte alta de la espalda que puede provocar dolor, dificultad para mantener la mirada al frente y, en casos avanzados, compresión medular. Su manejo exige una evaluación clínica y radiológica meticulosa, definiendo el tipo de deformidad y su rigidez, y valorando cuándo basta el tratamiento conservador y cuándo una corrección quirúrgica (a veces con osteotomías) aporta más beneficio que riesgo. Este artículo explica, en lenguaje claro y basado en guías y revisiones recientes, síntomas, pruebas útiles, alternativas, beneficios y complicaciones, criterios de derivación y tiempos de recuperación realistas.

  • No toda deformidad necesita cirugía: el objetivo es recuperar función y seguridad al mirar al frente.
  • Las decisiones dependen del tipo de deformidad, su rigidez y el impacto neurológico/funcional.
  • La cirugía puede requerir osteotomías en la unión cervicotorácica; ofrece mejoras, pero con riesgos específicos.
  • La recuperación se mide en meses; el plan de rehabilitación y la fortaleza ósea marcan la diferencia.

 

¿Qué es la deformidad cervicotorácica?

Es una alteración del equilibrio entre la columna cervical y torácica a nivel de la unión cervicotorácica (C7–T1). Puede manifestarse como cabeza adelantada, imposibilidad para mantener la mirada horizontal (aumento del ángulo mentón-esternón o del “chin-brow vertical angle”), dolor de cuello/espalda alta y, a veces, hormigueo o pérdida de fuerza por compromiso de la médula o raíces nerviosas. Suele asociarse a desgaste discal, espondilitis anquilosante, secuelas postquirúrgicas (p. ej., cifosis tras laminectomía), escoliosis o trastornos neuromusculares.

 

Síntomas e indicaciones de valoración

  • Dolor cervical/torácico alto que empeora al mantener la cabeza erguida o mirar al frente.
  • Dificultad para la visión horizontal o para tragar por posturas forzadas.
  • Hormigueo, pérdida de fuerza o torpeza manual; alteración de la marcha.
  • Limitación funcional marcada en actividades de la vida diaria.

Indicaciones de estudio prioritario: progresión rápida de síntomas, caída de objetos por debilidad, alteraciones esfinterianas o caídas frecuentes.

 

Diagnóstico: qué pruebas realmente ayudan

La historia clínica y la exploración neurológica dirigen el proceso. Las radiografías largas en bipedestación (con proyecciones de flexión/extensión) son clave para medir parámetros como la lordosis cervical, la pendiente de T1 (T1 slope) y el ángulo mentón-frente. La resonancia magnética evalúa compresión de la médula/raíces y la tomografía valora la rigidez de la deformidad y la calidad ósea. En determinados casos se añaden estudios dinámicos o escalas funcionales estandarizadas.

 

Alternativas terapéuticas

Opciones no quirúrgicas

  • Educación y fisioterapia dirigida (postura, movilidad escapular/cervical, fortalecimiento progresivo).
  • Control del dolor (analgesia racional; evitar opioides crónicos salvo indicación puntual).
  • Tratamiento de comorbilidades (osteoporosis, sarcopenia) y optimización nutricional.
  • Infiltraciones selectivas en casos con dolor predominantemente facetario o radicular sin compromiso neurológico severo.

Opciones quirúrgicas

Se valoran cuando existe déficit neurológico, deformidad rígida con gran impacto funcional, dolor refractario o imposibilidad para mantener la mirada al frente pese a un manejo conservador adecuado. Las técnicas incluyen:

  • Descompresión (anterior y/o posterior) cuando hay compresión medular/foraminal.
  • Fijación e instrumentación para restaurar y mantener la alineación corregida.
  • Osteotomías (aperturas/cierres controlados de las vértebras) en deformidades rígidas; en la unión cervicotorácica pueden requerirse osteotomías de tres columnas para ganar corrección en el plano sagital.

 

Beneficios vs. riesgos (lo que sí sabemos en 2025)

Beneficios esperables

  • Mejoría del dolor y de la capacidad para mirar al frente y mantener la postura funcional.
  • Disminución de síntomas neurológicos cuando había compresión.
  • Mejoras en calidad de vida y autonomía en actividades cotidianas.

Riesgos y efectos adversos

  • Complicaciones respiratorias, disfagia/disfonía (abordajes cervicales), infección o fuga de LCR.
  • Lesión neurológica (incluida paresia C5), fallo de material o pérdida parcial de la corrección.
  • Necesidad de reintervención en un porcentaje de casos, mayor si hay mala calidad ósea, desnutrición o deformidades extensas.

La probabilidad real de complicaciones varía según edad, comorbilidades, tipo de osteotomía y longitud de la instrumentación. Optimizar la salud ósea, la musculatura y la anemia antes de operar reduce riesgos.

 

Criterios prácticos para derivación a unidad de columna

  • Imposibilidad para mantener la mirada horizontal que altera la seguridad al caminar o conducir.
  • Signos de mielopatía (torpeza manual, caídas, alteraciones esfinterianas) o radiculopatía progresiva.
  • Fracaso de tratamiento conservador bien pautado durante 8–12 semanas con impacto funcional alto.
  • Deformidad rígida en unión cervicotorácica con dolor incapacitante.

 

Tiempos de recuperación realistas

  • Hospital: 3–7 días según magnitud de la cirugía y comorbilidades.
  • Primer mes: deambulación precoz, collarín si se indica, control del dolor y ejercicios suaves.
  • 6–12 semanas: incremento de fisioterapia (movilidad escapular, resistencia), retorno progresivo a tareas sedentarias.
  • 3–6 meses: consolidación funcional; reintroducción gradual de actividades físicas demandantes.
  • >6 meses: se evalúa consolidación ósea y estabilidad de la corrección.

 

¿Cuándo acudir a urgencias?

  • Debilidad progresiva, pérdida de sensibilidad amplia o alteraciones esfinterianas.
  • Fiebre alta con dolor intenso o herida quirúrgica enrojecida y supurante.
  • Dolor torácico o dificultad respiratoria nuevas.

 

Mitos y realidades

  • Mito: “La cirugía lo deja todo recto y para siempre.” Realidad: la corrección persigue función y seguridad; puede requerir instrumentaciones largas y ajustes posteriores.
  • Mito: “Si me operan, no moveré el cuello.” Realidad: la movilidad depende del nivel y tipo de fusión; se preserva movimiento en segmentos no fusionados y se entrena compensación.
  • Mito: “Las osteotomías son siempre peligrosísimas.” Realidad: tienen riesgos concretos, que se minimizan con planificación, neuromonitorización y optimización preoperatoria.

 

FAQs

¿Siempre es necesaria la cirugía en una deformidad cervicotorácica?

No. Muchas personas mejoran con fisioterapia estructurada y control del dolor. La cirugía se valora cuando hay déficit neurológico, deformidad rígida con gran impacto funcional o fracaso del manejo conservador.

¿Qué pruebas son imprescindibles antes de decidir?

Radiografías largas en bipedestación (con flexión/extensión) para medir alineación, resonancia para valorar compresión neurológica y tomografía para estimar rigidez y planificar osteotomías si fueran necesarias.

¿Qué es una osteotomía de tres columnas?

Es una corrección potente que abre/cierra el hueso a través de toda la vértebra para recuperar la alineación. Se reserva para deformidades rígidas, especialmente en la unión cervicotorácica.

¿Cuánto tardaré en volver al trabajo?

En trabajos sedentarios, a menudo entre 6 y 12 semanas; si hay demanda física, puede requerir 3–6 meses, según evolución, consolidación y tipo de cirugía.

¿La osteoporosis impide la cirugía?

No la impide siempre, pero obliga a optimizar la salud ósea y ajustar la estrategia de fijación para reducir riesgo de aflojamientos o fallos de implantes.

¿La corrección “cura” el dolor al 100%?

No se puede garantizar la desaparición total del dolor. El objetivo es mejorar función, seguridad y calidad de vida; el dolor residual depende de múltiples factores.

 

Glosario

  • CBVA: ángulo mentón-frente que refleja la capacidad de mantener la mirada horizontal.
  • Pendiente de T1 (T1 slope): parámetro que relaciona la orientación de T1 con la lordosis cervical requerida.
  • Osteotomía: corte controlado del hueso para corregir una deformidad.
  • Unión cervicotorácica: transición entre columna cervical y torácica (C7–T1).

 

Referencias

  1. Corrección de deformidad cervicotorácica: todo lo que necesitas saber.  Dr. Vicenç Gilete, MD, Neurocirujano y Dr. Augusto Covaro, MD, Cirujano ortopédico. Complex Spine Institute, Barcelona, 18 abr 2025:
    https://complexspineinstitute.com/tratamientos/correccion-de-deformidad-cervicotoracica/
  2. Passias PG, et al. Current concepts in adult cervical spine deformity surgery (J Neurosurg Spine, 2024). https://thejns.org/spine/view/journals/j-neurosurg-spine/40/4/article-p439.xml
  3. Kaidi AC, et al. Classification(s) of Cervical Deformity (Neurospine/PMC, 2022). https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9816582/
  4. Lobão A, et al. Osteotomies for the Correction of Cervical Deformity: When, How, and Why (J Spinal Disord Tech, 2025). https://journals.lww.com/jspinaldisorders/fulltext/2025/11000/osteotomies_for_the_correction_of_cervical.6.aspx
  5. Martínez FA, et al. Updates on the prevention and treatment of cervicothoracic deformity (Asian Spine Journal, 2025). https://asj.amegroups.org/article/view/104458/html
  6. Shah I, et al. Effect of Osteoporosis on Outcomes After Surgery for Cervical Deformity (J Clin Med, 2025). https://www.mdpi.com/2077-0383/14/17/6196
  7. Mikula AL, et al. Neurological outcomes after three-column osteotomy: level selection in cervical deformity (J Neurosurg Spine, 2025). https://thejns.org/spine/view/journals/j-neurosurg-spine/43/4/article-p433.xml

 

Este contenido es informativo y no sustituye la valoración médica individual.