Reemplazo de disco lumbar 2025: 12 datos que sí cambian tu decisión

El reemplazo de disco lumbar (artroplastia discal) puede aliviar el dolor lumbar de origen discogénico en pacientes seleccionados, preservando la movilidad del segmento. No es para todo el mundo: exige confirmar el origen del dolor, agotar tratamiento conservador y descartar contraindicaciones. Los resultados funcionales son comparables a la fusión en el medio plazo, con posibles ventajas en movilidad y menor estrés sobre niveles adyacentes. La recuperación es más rápida de lo que muchos creen, pero requiere un plan de rehabilitación ordenado y expectativas realistas.

  • No todas las lumbalgias se operan; esta técnica es para dolor discogénico comprobado tras varias semanas/meses de tratamiento conservador.
  • En candidatos adecuados, los resultados funcionales son similares a la fusión y la movilidad del segmento se conserva.
  • Principales exclusiones: afectación multisegmentaria, inestabilidad, estenosis significativa, deformidad relevante u osteoporosis marcada.
  • Vuelta a trabajo de oficina: a menudo en 2–4 semanas; trabajos físicos: 6–12 semanas, con progresión individual.
 

¿Qué es el reemplazo de disco lumbar?

Es una cirugía que sustituye un disco intervertebral lumbar degenerado por una prótesis diseñada para mantener la altura y permitir cierto movimiento. A diferencia de la fusión (artrodesis), que fija dos vértebras, la artroplastia busca preservar la biomecánica segmentaria y reducir la sobrecarga en niveles vecinos.

 

¿Quién puede beneficiarse?

Candidatos habituales

  • Dolor lumbar crónico de origen principalmente discogénico (no radicular), limitante, con impacto en la vida diaria.
  • Fracaso de tratamiento conservador estructurado (ejercicio terapéutico, analgesia prudente, educación y fisioterapia) durante varias semanas/meses.
  • Compromiso en un único nivel lumbar (con mayor evidencia en L4–L5 o L5–S1).
  • Imágenes y evaluación clínica compatibles con dolor de disco y sin signos de inestabilidad relevante.

Contraindicaciones frecuentes

  • Enfermedad en varios niveles sintomáticos.
  • Estenosis de canal clínicamente significativa, espondilolistesis, deformidad marcada o inestabilidad.
  • Osteoporosis, infección activa, tumor o trastornos autoinmunes descompensados que contraindiquen la técnica.
  • Cirugías previas que alteren de forma importante la anatomía del segmento a tratar.
 

Síntomas e indicadores de alarma

El perfil típico es dolor lumbar mecánico que empeora al sentarse largo rato o al flexionar, con alivio parcial al caminar. Son señales de alarma (acudir de urgencias): debilidad progresiva en las piernas, fiebre con dolor lumbar intenso, pérdida de control de esfínteres o anestesia en “silla de montar”.

 

Diagnóstico: cómo confirmar que el disco es el culpable

  • Historia clínica y exploración física para descartar causas facetarias, sacroilíacas o neuropáticas.
  • Resonancia magnética para valorar degeneración, edema de placa terminal y descartar estenosis significativa.
  • Radiografías dinámicas si se sospecha inestabilidad.
  • Pruebas complementarias solo si cambian la conducta (p. ej., bloqueo diagnóstico ante dudas diferenciales).
 

Alternativas terapéuticas

Conservadoras (primera línea)

  • Programa de ejercicio y fortalecimiento del “core” supervisado, con educación en dolor.
  • Analgésicos de escalón bajo y antiinflamatorios en pautas cortas; evitar opioides crónicos.
  • Fisioterapia activa; técnicas pasivas como complemento, no como eje.
  • Abordaje biopsicosocial del dolor, sueño y manejo del estrés.

Quirúrgicas (cuando procede)

  • Fusión (artrodesis) intersomática: técnica consolidada; reduce movimiento para estabilizar y aliviar dolor.
  • Reemplazo de disco lumbar: indicado en casos seleccionados con objetivo de preservar movilidad.
  • Otras descompresiones si hay radiculopatía o estenosis asociada (no son alternativas directas a la artroplastia cuando el dolor es puramente discogénico).
 

Beneficios esperables y riesgos/efectos adversos

Beneficios potenciales

  • Alivio del dolor y mejora de la función en pacientes seleccionados.
  • Conservación de la movilidad segmentaria y patrón de movimiento más fisiológico.
  • Posible menor tensión en niveles adyacentes a medio plazo.
  • Recuperación relativamente rápida con incisiones pequeñas y menor daño a tejidos.

Riesgos y complicaciones

  • Infección, sangrado, trombosis, lesión nerviosa o vascular.
  • Mala posición o fallo del implante, osificación heterotópica, dolor persistente.
  • Necesidad de reintervención o conversión a fusión en el futuro.
  • Complicaciones anestésicas y generales propias de cualquier cirugía mayor.

Mensaje clave: los resultados dependen de la indicación correcta, la técnica y la rehabilitación. Ninguna cirugía garantiza un 100% de éxito.

 

Cómo se realiza y qué esperar el día de la cirugía

La artroplastia suele abordarse por vía anterior retroperitoneal a través de una pequeña incisión baja. Tras retirar el disco dañado y preparar los platillos vertebrales, se implanta la prótesis alineada bajo control de imagen. El procedimiento dura habitualmente entre 60 y 120 minutos según el caso. La deambulación precoz y el control del dolor multimodal son parte del protocolo de recuperación.

 

Recuperación y plazos realistas

  • Días 1–7: caminar varias veces al día, higiene postural, ejercicios suaves. Posible alta en 24–48 h.
  • Semanas 2–4: vuelta progresiva a actividades de oficina/estudio; inicio de fisioterapia estructurada.
  • Semanas 6–8: aumento de fuerza y resistencia; conducción prolongada si indolora.
  • Semanas 10–12: retomar deportes de bajo impacto; trabajos físicos requieren adaptación gradual.

Los plazos pueden variar según edad, condición física, nivel intervenido y tipo de trabajo. El plan individual manda.

 

Criterios prácticos para la derivación a cirugía

  • Dolor discogénico invalidante con impacto laboral/familiar pese a ≥6–12 semanas de tratamiento bien realizado.
  • Concordancia clínica–radiológica en un único nivel lumbar.
  • Ausencia de inestabilidad, deformidad relevante o estenosis significativa que indiquen otros procedimientos.
  • Expectativas realistas y adherencia al plan de rehabilitación.

 

¿Cuándo acudir a urgencias?

  • Debilidad progresiva en piernas o caída del pie.
  • Fiebre elevada con dolor lumbar intenso.
  • Alteraciones para orinar/defecar, anestesia en “silla de montar”.
  • Dolor súbito incapacitante con empeoramiento rápido.
 

Mitos y realidades

  • Mito: “La prótesis cura cualquier lumbalgia”. Realidad: solo en casos con dolor discogénico confirmado y sin contraindicaciones.
  • Mito: “Siempre es mejor que la fusión”. Realidad: son técnicas distintas; la fusión sigue indicada en inestabilidad o deformidad.
  • Mito: “Si me opero, no necesitaré ejercicio”. Realidad: la rehabilitación es clave para consolidar el resultado.
 

FAQs

¿Es mejor prótesis lumbar o fusión?

Depende del caso. En dolor discogénico de un nivel, ambas pueden ofrecer mejoras similares; la prótesis busca preservar movilidad. En inestabilidad/deformidad, la fusión suele ser preferible.

¿Cuánto dura una prótesis lumbar?

Los estudios de seguimiento a medio-largo plazo muestran resultados funcionales estables en pacientes bien seleccionados. A muy largo plazo puede requerir revisión.

¿Puedo tener prótesis si tengo ciática?

Si el síntoma dominante es ciática por hernia con compresión nerviosa, la prioridad es descomprimir el nervio; la artroplastia no está pensada para ese escenario.

¿Se puede hacer en dos niveles?

Hay experiencia en uno o dos niveles en centros seleccionados, pero la indicación debe individualizarse y no es para enfermedad multisegmentaria extensa.

¿Cuándo podré volver a conducir o viajar?

Conducción corta cuando el dolor lo permita (habitualmente semanas 2–4). Viajes largos mejor tras 4–6 semanas y con pausas para caminar.

¿Qué pasa si la prótesis falla?

Algunas complicaciones pueden requerir reintervención o conversión a fusión. Es poco frecuente con indicación y técnica adecuadas, pero posible.

 

Glosario

  • Dolor discogénico: dolor generado por el propio disco intervertebral.
  • Artrodesis (fusión): cirugía que fija dos vértebras para eliminar movimiento doloroso.
  • Artroplastia discal: sustitución del disco por prótesis que preserva parte del movimiento.
  • Osificación heterotópica: formación de hueso en tejidos blandos alrededor del implante.
  • Estenosis de canal: estrechamiento que comprime raíces nerviosas.
  • Espondilolistesis: deslizamiento de una vértebra sobre otra.
  • Pseudoartrosis: falta de consolidación tras una fusión.
  • Bloqueo diagnóstico: inyección para ayudar a identificar el origen del dolor.
  • Rehabilitación: plan estructurado de ejercicio y educación tras la cirugía.
  • Inestabilidad: movimiento anormal entre vértebras que genera dolor o riesgo.

 

Referencias

  1. Dr. Vicenç Gilete – Neurocirujano. https://complexspineinstitute.com/instituto/#equipo_medico
  2. Dr. Augusto Covaro – Cirujano ortopédico y traumatólogo. https://complexspineinstitute.com/instituto/#equipo_medico
  3. NASS. Lumbar Artificial Disc Replacement – Coverage Policy Recommendations (borrador 2024). https://www.spine.org/Portals/0/assets/downloads/PolicyPractice/CoverageRecommendations/Lumbar-Artificial-Disc-Replacement-DRAFT.pdf (2024).
  4. ISASS Position Statement on Cervical and Lumbar Disc Replacement. Int J Spine Surg. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33900955/ (2021).
  5. Daher M, et al. Lumbar Disc Replacement Versus Interbody Fusion: Meta-analysis. Orthopedic Reviews. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11062800/ (2024).
  6. Wen DJ, et al. Lumbar Total Disc Replacements for Degenerative Disc Disease: Systematic Review. https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/21925682241228756 (2024).
 

Descargo de responsabilidad: Este contenido es educativo y no sustituye la valoración médica individual. Si tienes síntomas preocupantes o dudas sobre tu caso, acude a un profesional sanitario.

Prótesis de disco lumbar móvil con superficie espinosa para fijación vertebral