Dolor sacroilíaco: 7 claves para detectarlo y tratarlo en 2025

El dolor de la articulación sacroilíaca (SI) puede parecer una ciática, pero su manejo es distinto. Esta guía explica cómo reconocerlo, qué pruebas realmente ayudan, qué tratamientos conservadores funcionan y cuándo valorar procedimientos. Incluye señales de alarma y tiempos de recuperación realistas. Contenido educativo: no sustituye la consulta médica.

 

Qué es el dolor sacroilíaco

La articulación sacroilíaca conecta el sacro con los huesos de la pelvis. Es fuerte y mueve poco, pero puede inflamarse o degenerarse y causar dolor en nalga baja, zona lumbosacra y a veces ingle. Suele aparecer tras esfuerzos repetidos, embarazo, asimetrías pélvicas o después de cirugía lumbar.

 

Las 7 claves

 

1. La localización manda

El dolor sacroilíaco típico se centra en la nalga baja y ocasionalmente en la ingle o cara posterior del muslo, rara vez por debajo de la rodilla. Si el dolor llega al pie con hormigueos o pérdida de fuerza, piensa más en ciática.

 

2. Los test físicos sirven en conjunto, no uno solo

Las pruebas de provocación sobre la SI (por ejemplo, compresión-distrácción pélvica, FABER, Gaenslen) ganan valor cuando al menos tres son positivas y el dolor es el característico. Un test aislado no confirma el diagnóstico.

 

3. La imagen ayuda a descartar, no a “ver” el dolor

La resonancia o el TAC se usan para descartar otras causas (hernia, estenosis, fracturas, inflamación). Un resultado “normal” no excluye origen sacroilíaco; la indicación de imagen debe ser razonada y con impacto en la conducta.

 

4. El bloqueo diagnóstico se reserva para casos seleccionados

Infiltrar anestésico dentro de la SI bajo guía puede reforzar el diagnóstico si el dolor baja claramente durante horas. No es obligatorio para todos; se valora cuando el cuadro es compatible y la decisión terapéutica depende del resultado.

 

5. Primero, un plan conservador completo durante 6–12 semanas

Educación y actividad, ejercicio de estabilización lumbopélvica (glúteo medio, multífidos y “core”), analgesia prudente y fisioterapia como parte de un paquete. Evitar reposo prolongado y opioides crónicos. Muchas personas mejoran con esta estrategia estructurada.

 

6. Procedimientos: indicación cuidadosa y expectativas realistas

Si persiste dolor incapacitante tras un plan conservador bien hecho y el cuadro es compatible, pueden plantearse opciones como infiltraciones terapéuticas, radiofrecuencia o fusión sacroilíaca mínimamente invasiva. Ensayos aleatorizados han mostrado mejores resultados que el manejo conservador en casos muy seleccionados, pero un ensayo reciente con cirugía simulada no demostró superioridad a corto plazo: es clave individualizar y explicar beneficios y riesgos.

 

7. Señales de alarma y cuándo derivar

Deriva o acude a urgencias si aparece pérdida progresiva de fuerza, fiebre con dolor intenso, anestesia en “silla de montar”, incontinencia o retención urinaria. Si el dolor limita la vida diaria pese a 6–12 semanas de manejo adecuado, pide valoración especializada.

 

Tratamientos no quirúrgicos

  • Actividad adaptada: mantenerse activo, evitar posturas que disparen el dolor y el reposo prolongado.
  • Ejercicio guiado: progresión de fuerza y control motor de pelvis y tronco.
  • Analgésicos: paracetamol/antiinflamatorios a corto plazo; revisar riesgos y evitar opioides crónicos.
  • Fisioterapia: terapia manual integrada en un programa de ejercicio y educación, con objetivos y tiempos claros.
  • Infiltraciones/radiofrecuencia: alivio temporal en casos seleccionados dentro de un plan global.

 

Opciones quirúrgicas y riesgos

La fusión sacroilíaca mínimamente invasiva busca estabilizar la articulación con implantes a través de pequeñas incisiones. Posibles beneficios: reducción del dolor localizado y mejor función al estar de pie y caminar. Riesgos: infección, sangrado, trombosis, lesión nerviosa, fracaso del implante o persistencia del dolor si coexisten otras fuentes (facetarias, disco, cadera). La experiencia del equipo y la selección del caso influyen en los resultados.

 

Tiempos de recuperación

Con manejo conservador, la mejoría suele darse en 4–8 semanas. Tras una fusión mínimamente invasiva, muchas personas retoman actividades básicas en pocos días y trabajo sedentario en 2–4 semanas; labores físicas pueden requerir 6–8 semanas o más, según evolución individual.

 

Cuándo acudir a urgencias

  • Pérdida súbita o progresiva de fuerza en la pierna.
  • Fiebre alta con dolor lumbar/glúteo intenso.
  • Alteraciones para orinar o defecar, anestesia en “silla de montar”, dolor severo con empeoramiento rápido.

 

Mitos y realidades

  • “Si duele la nalga, siempre es ciática”: no necesariamente; la SI puede ser la fuente.
  • “Una resonancia normal descarta la SI”: falso; el diagnóstico es clínico y puede apoyarse en bloqueos selectivos.
  • “La cirugía lo cura todo”: no; es una opción para casos muy concretos tras agotar medidas conservadoras.

 

Preguntas frecuentes

¿Cómo diferencio dolor sacroilíaco de la ciática?

La ciática suele bajar por debajo de la rodilla hasta el pie y puede acompañarse de hormigueos o debilidad. La sacroilíaca se concentra en nalga/ingle y rara vez desciende del muslo.

 

¿Necesito una resonancia para confirmarlo?

No siempre. Se solicita para descartar otras causas o si el resultado cambia la conducta.

 

¿Las infiltraciones curan el problema?

Pueden aliviar de forma temporal y ayudar a afinar el diagnóstico; no son imprescindibles para todos los pacientes.

 

¿La fusión sacroilíaca es definitiva?

Es una técnica estable que puede ayudar en casos refractarios, pero no es para todo el mundo y conlleva riesgos que deben explicarse.

 

¿Puedo hacer deporte?

Sí. Se empieza con bajo impacto y se progresa según dolor y control muscular, preferiblemente con guía de fisioterapia.

 

¿Cuándo pedir cita con un especialista?

Si, tras 6–12 semanas de manejo conservador bien hecho, el dolor sigue limitando tu vida diaria o aparecen señales de alarma.

 

Glosario

  • Articulación sacroilíaca (SI): unión entre sacro y pelvis.
  • Bloqueo diagnóstico: inyección de anestésico dentro de la SI para identificar la fuente del dolor.
  • Fusión sacroilíaca: técnica para estabilizar la SI mediante implantes.
  • Cauda equina: conjunto de raíces nerviosas finales cuya compresión es una urgencia.

 

Referencias

  1. Dr. Vicenç Gilete – Neurocirujano. https://complexspineinstitute.com/instituto/#equipo_medico
  2. Dr. Augusto Covaro – Cirujano ortopédico y traumatólogo. https://complexspineinstitute.com/instituto/#equipo_medico
  3. NICE. Low back pain and sciatica in over 16s (NG59). 2016, act. 2020. https://www.nice.org.uk/guidance/ng59
  4. NASS. Diagnosis and Treatment of Adults with Sacroiliac Joint Pain (protocol). 2023. https://www.spine.org/…/SacroiliacJointPain-Protocol.pdf
  5. Randers EM et al. MIS fusión sacroilíaca vs cirugía simulada, EClinicalMedicine. 2024. https://www.thelancet.com/…/PIIS2589-5370(24)00017-8
  6. Polly DW et al. RCT: fusión SI mínimamente invasiva vs manejo conservador, Neurosurgery. 2015. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26291338/